miércoles, 3 de diciembre de 2008

Notas

He pasado las últimas dos semanas de noviembre planeando a detalle mi suicidio, trato de ser prudente para evitar un escándalo entre mis familiares y amigos, usted sabe que nunca falta un discurso moralista a propósito del respeto por la vida.
Antes de quitarme la vida debo atender algunos asuntos que, si bien son menores, precisan ser aclarados. Considero una irreponsabilidad irse de este mundo sin resolver los pendientes que, de no atenderse, provocarían enfado a terceras personas.
Aún no tengo bien claro el procedimiento a seguir, he pensado en una dosis considerable de bensodiazepinas o en administrarme consecutivas inyecciones de heroína; sabe, soy vanidoso y no me gustaría que mi cuerpo mutilado por las vías del tren fuera exhibido en la primera plana de los diarios. Tampoco es mi deseo colgarme del cuello o cortarme las venas, me parecen métodos propios de los depresivos y no es mi caso.
Entre mis pendientes están la lectura de una novela escrita por Albert Camus; acudir a la proyección de la película Tiempos Modernos en la Cineteca de la ciudad; redactar el prólogo del libro escrito por un entrañable amigo; jugar otra partida de ajedrez con mi profesor de literatura y tener una cita con Dalia.
También dedo escribir un testamento para que mis posesiones queden en buenas manos. En realidad no cuento con una gran fortuna, sin embargo, soy dueño de centenas de libros y fotografías antiguas, de documentos inéditos acerca la historia del arte y de una videoteca que abarca cada corriente cinematográfica, desde las vistas filmadas por los hermanos Lumièrè, Melié y Pathé, hasta las propuestas más abstractas del cine contemporáneo.
He pensado en redactar una nota para evitar malentendidos; no obstante, me parece un detalle absurdo y melodramático.
Lo único lamentable de esta circunstancia es que dejaré solo a Marcos, sabe, él es una buena persona y bastante culto, de agradable charla y tratos amables, pero nuestra relación a venido a menos y debo abandonarlo.
Marcos es el personaje de mi novela inconclusa y hace tiempo, dos semanas quizá, renuncié a darle una historia digna.